La combinación entre aceite de oliva virgen extra (conocido también como AOVE) y el queso es una de las experiencias más premium de la gastronomía. Porque, además, gracias a la variedad de quesos y de aceites que hay, se pueden conseguir resultados muy dispares. Hoy vamos a profundizar en cómo maridar diferentes tipos de queso, dependiendo de su sabor y de su aroma, con distintos tipos de aceite. Sigue leyendo, porque va a cambiar tu forma de consumir estos productos.
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La importancia del maridaje: por qué combinar aceite y queso
El maridaje entre el AOVE y el queso se basa en buscar el equilibrio o bien un contraste. No solo entre el sabor, sino también entre los aromas y las texturas. El queso, dependiendo de su maduración, del tipo de leche que se haya usado e incluso de su proceso de elaboración, presenta un inmenso abanico de sabores y aromas. Lo mismo sucede con el AOVE, ya que dependiendo de la variedad de aceituna, sus cualidades son muy dispares. Encontramos desde notas picantes hasta dulces, afrutadas y amargas.
El propósito final de un maridaje es realzar las cualidades de ambos ingredientes sin que ninguno predomine por encima del otro. Un AOVE adecuado puede potenciar los matices ocultos del queso y añadir una capa extra de complejidad. Además, tanto el aceite como el queso contienen grasas saludables que intensifican los sabores, haciendo de la experiencia culinaria algo único.
Claves para un maridaje exitoso
Algunas claves para conseguir un maridaje perfecto entre el queso y el AOVE son:
- Busca una intensidad equilibrada: Si apuestas por un queso intenso, el aceite también debe serlo. De lo contrario, uno de los dos podría opacar al otro.
- Variedad de sabores: La variedad de aceituna es crucial. Las aceitunas Picual, Arbequina y Hojiblanca, por ejemplo, tienen matices muy distintos que influirán en el resultado.
- Textura y temperatura: Los quesos cremosos combinan bien con un AOVE de frescura y picor. Asegúrate de servir el queso a temperatura ambiente para apreciar al máximo todos los matices.
- Contrastes y complementos: Experimenta con ambos tipos de maridaje, ya sea buscando contrastes fuertes o complementos que realcen los sabores.
Maridajes clásicos y sorprendentes
Algunas combinaciones que te recomendamos probar son:
- Quesos curados y aceites frutados: Quesos como el manchego o el parmesano combinan muy bien con aceites de aceitunas Picual u Hojiblanca, que equilibran la salinidad y potencian el sabor umami del queso.
- Quesos frescos y aceites intensos: La mozzarella o el queso de cabra fresco se benefician de AOVE de intensidad media-alta, como el de la aceituna Cornicabra, que aporta picor y amargor.
- Quesos azules y aceites dulces: Los quesos como Roquefort o Cabrales, con su sabor fuerte y salado, se suavizan al combinarlos con aceites de aceitunas Arbequina, que son más dulces.
Consejos para la cata
Para una cata exitosa de AOVE y queso, sigue estos consejos:
- Sigue una secuencia de sabores: Comienza con los sabores más suaves y avanza hacia los más intensos.
- Integra los sabores: Vierte el AOVE sobre el queso o el pan que lo acompañe para un mejor equilibrio de los sabores.
- Observa y huele: Disfruta de la experiencia visual y olfativa antes de saborear ambos ingredientes juntos.
- Ten en cuenta las texturas y temperaturas: Sirve el queso a temperatura ambiente para que sus sabores y texturas se aprecien en su totalidad.
¡Y a disfrutar de los sabores! Seguramente, acabarás por querer repetir.
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