El olivo es un árbol resistente al calor, sin embargo temperaturas superiores a 30ºC y humedades relativas bajas durante la floración suelen traducirse en una gran perdida de cosecha.
Temperaturas altas como se esperan en los próximos días afectarán al proceso de floración y fructificación. Cuando las temperaturas son muy altas durante el período de floración, éstas se ven afectadas produciéndose aborto del pistilo, abriendo antes de tiempo y si no llegan a secarse lo harán como flores que solo producen polen y por tanto no traerán fruto.
Temperaturas altas y humedad baja
Con altas temperaturas y baja humedad en plena floración, el estigma de la flor se deshidrata, siendo imposible la fecundación, ya sea por polen propio o externo, no produciéndose el cuajado y perdiéndose la futura aceituna.
Aunque nos encontramos con tasas altas de fertilidad en muchos de nuestros olivares, con zonas que rozan el 35-40%, tenemos otras donde el calor de hace unas semanas han reducido la fertilidad al 7%. Habría que decir que del conjunto con un cuaje del 2% al 5% se puede presentar una buena cosecha.
Lluvias escasas
Este año nos encontramos con que la pluviometría media en la zona es inferior en un 45% a la media, en este momento no sabemos si finalmente el cuajado nos dará un porcentaje de flores cuajadas entre el 2%-5%, cantidad suficiente para que tengamos cosecha, mas allá de que se produzcan lluvias otoñales tempranas, y si el olivo en los próximos meses es capaz de mantener esa cantidad de aceituna o se producirá un descarte importante.
De nuevo los olivareros vivimos con gran incertidumbre las distintas adversidades climáticas que nos están afectando, primero la falta de pluviometría y ahora por el aviso de altas temperaturas durante el proceso de floración cuajado de la aceituna.