Los olivos nos han acompañado durante siglos, formando parte tanto de nuestra historia como de nuestra alimentación. Las aceitunas, en todas sus variantes, así como el aceite de oliva, son unos de los productos más afamados de nuestra tierra. No obstante, pese a los años que llevan entre nosotros, estos árboles no están exentos de amenazadas. Una de ellas es la acariosis del olivo, de la que os queremos hablar hoy en profundidad porque se está alzando como una preocupación cada vez mayor para los agricultores. Hoy vamos a hablar de esta acariosis del olivo, o erinosis, así como de sus características, qué daños causa y qué tratamientos podemos encontrar para cuidar de nuestro cultivo. ¡Sigue leyendo!
Qué es la acariosis del olivo
La acariosis del olivo, que también se conoce como erinosis, es una enfermedad provocada por unos ácaros conocidos como Eriófidos. Estos son pequeños ácaros que no son visibles a simple vista, y que pertenecen al género Eriophyes. Viven en los olivos, donde no solo se desarrollan, crecen y se reproducen, sino que también comen y desencadenan una gran cantidad de sucesos que dañan los olivares. Para que te hagas una idea de hasta qué punto pueden suponer un problema, llegan a causar deformaciones graves en los olivos. De ahí la importancia de combatir esta plaga, y acabar con ella antes de que afecte a los cultivos.
Pese a que posteriormente vamos a profundizar en los daños que causa, lo primero que debes saber es que provoca deformaciones tanto en las hojas como en los frutos, y un grave retraso de crecimiento en los árboles. A causa de eso, puede provocar también pérdidas económicas muy importantes.
Características de esta plaga
Como hemos señalado, estos ácaros no son perceptibles a simple vista, por desgracia. Son tan pequeños que son prácticamente invisibles, ya que miden alrededor de 0,1 mm de longitud. Los adultos son anillados, muy pequeños y vermiformes. Si consigues verlos en el microscopio, o con lupa de aumento, verás que únicamente tienen dos pares de patas delanteras. Además, sus colores suelen ser bastante claros, casi siempre entre el blanco y el naranja o el amarillo.
Es en el periodo de floración del olivo cuando cobran más fuerza, puesto que empiezan a formar ramilletes en las flores. A partir del mes de junio, la población de estos ácaros se ve reducida drásticamente, pero vuelve a crecer en otoño. Lo habitual es que su actividad máxima coincida siempre con el apogeo del crecimiento del olivo.
En cuanto a otros detalles que quizá te interese conocer sobre estos parásitos, cuentan con respiración cutánea. Además, tienen una especie de estiletes en la boca, que son los que usan para alimentarse del olivo. Esto, unido a que no son visibles a simple vista y son capaces de esparcirse con el propio viento, nos habla de la problemática del asunto. Puede que no seamos conscientes hasta que sea demasiado tarde de que tenemos acariosis, y en ese caso, atajar la plaga puede ser mucho más complejo. Es más, lo habitual es no ser conscientes de la plaga hasta que comienzan a aparecer los primeros daños.
Las hembras adultas son las que se encargan de depositar en las hojas del olivo sus huevos que, al ir eclosionando, se alimentan de estas. Y es esta alimentación por parte de las crías lo que provoca que en las hojas comiencen a formarse protuberancias que, además, sirven de refugio. Como tienen una capacidad de reproducción muy acelerada, la población va creciendo de forma exponencial y eso hace que los daños se multipliquen a pasos agigantados.
Daños
Como hemos señalado, los daños que causa esta acariosis del olivo son estéticos, puesto que generan protuberancias. Pero no se limitan a dañar de esta manera el olivo, sino que van más allá, y afectan de forma negativa tanto a la producción del fruto como a la calidad de este.
En cuanto los ácaros comienzan a dañar las hojas, el árbol pierde poco a poco la capacidad de hacer la fotosíntesis. Eso hace que comience a desnutrirse, afectando negativamente a su producción de clorofila y dando lugar a una cosecha mucho menos contundente. No solo habrá menos aceitunas, sino que, las que consigan llegar a término, tendrán mucho menos jugo y eso hará que la producción de aceite de oliva se reduzca aún más.
Pero aquí no acaba el problema, por desgracia. A esto hay que sumarle que las hojas se encuentran mucho más debilitadas y, por lo tanto, son más susceptibles a enfermedades externas. Esto nos deja árboles con problemas en sus hojas y en su sistema general, que producen menos aceitunas y las que producen son de peor calidad. Sin duda, una plaga que puede afectar negativamente a nuestros cultivos, como no tardarás en descubrir.
Tratamiento
¿Cómo podemos manejar esta acariosis del olivo? Lo primero y fundamental es saber detectarla a tiempo y, para ello, es crucial llevar a cabo una vigilancia regular del olivar. La única manera de detectar rápidamente la infestación es revisar las hojas a menudo, y estar alerta a cualquier tipo de protuberancia que esta pudiera tener.
Junto a esto, se puede optar por métodos de control biológico, como introducir enemigos naturales de estos ácaros. Mas es cierto que recomendamos tratar con especialistas y pedir opinión antes de lanzarse a hacer algo tan atrevido, puesto que podría provocar problemas añadidos si no sabemos cómo gestionarlo.
Por último, siempre se puede recurrir a tratamientos químicos como acaridas, especialmente en caso de que la infestación haya sido severa. Siempre que se vayan a introducir químicos, es recomendable contactar con expertos que te recomienden qué químico es más efectivo, así como la cantidad adecuada.
Sin duda, estamos hablando de una plaga que es una amenaza latente para los olivares, ¡y que debemos conocer para poder hacerle frente! Como siempre señalamos, no hay nada como un cuidado eficaz y un control absoluto de nuestro cultivo para así evitar tener que enfrentarnos a problemas como este.