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¿Qué pasa si se congela el aceite de oliva? Te lo explicamos aquí

¿Te has preguntado en alguna ocasión qué pasa si se congela el aceite de oliva, o si se puede congelar siquiera? Es una pregunta que a todos nos ha pasado por la cabeza en invierno, sobre todo cuando vemos que el AOVE tiene un aspecto diferente, o que incluso cuenta con grumos. Lo cierto es que sí, puede llegar a congelarse, ¡y no afecta en absoluto a su consumo! El sabor será exactamente el mismo, y no notarás alteraciones en sus propiedades. Sigue leyendo, porque te lo vamos a contar todo sobre la congelación del aceite de oliva. 

aceite de oliva congelado

Punto de congelación del aceite de oliva 

En invierno, lo habitual es que la temperatura de nuestros hogares y nuestras cocinas baje drásticamente. Además, las cocinas suelen ser estancias que se mantienen a una temperatura bastante más baja que la media. Si eres de los que guarda el aceite de oliva en una alacena, por ejemplo, puede que compruebes que empieza a tener una especie de grumos. Como te hemos señalado antes, ¡no es un problema! No afecta al sabor ni a la calidad del producto, pese a que probablemente te llame la atención. En realidad, estos grumos son una especie de congelación. 

El aceite de oliva no tiene un punto de congelación como el agua, por ejemplo, sino que se asemeja más a otras grasas, como la mantequilla. Por debajo de los 20 grados, empezarás a ver cómo se va congelando poco a poco. Y, en caso de que baje de los 10 grados, será más que evidente que su estado ha cambiado. 

En realidad, el AOVE está compuesto por una gran cantidad de ácidos grasos que tienen diferentes temperaturas de fusión y, por lo tanto, diferentes puntos de congelación. Por poner un ejemplo, el ácido palmítico se solidifica por debajo de los 63 grados; el ácido oleico se congela a los 13 grados, y es el que se encuentra presente en mayor cantidad en el aceite. Y es precisamente por eso por lo que vemos más cambios a esas temperaturas.  

💡 Qué es el AOVE

¿Afecta el frío a la calidad del aceite de oliva? 

Es normal que nuestras cocinas bajen de los 20 grados en invierno, así como el interior de los supermercados y, por lo tanto, el aceite de oliva puede llegar a congelarse con facilidad. ¿Es eso negativo per se? Pues lo cierto es que no. No afecta al sabor del aceite, ni a los nutrientes, ni a sus propiedades en general. Es cierto que no se recomienda descongelarlo de forma brusca, ni someterlo a cambios de temperatura demasiado excesivos. Por ejemplo, si está congelado, lo mejor es no echarlo directamente a la sartén, puesto que el cambio sí que podría ser perjudicial. En ese caso, lo mejor es ir cambiando poco a poco su temperatura. 

Si ves que el aceite está excesivamente frío, lo mejor es apostar por usarlo en una ensalada, o incluso untarlo como si de mantequilla se tratar. E ir dejando que, poco a poco, se vaya calentando. No es necesario descongelarlo como tal, aunque puede que necesites algo de paciencia a la hora de sacarlo de la botella. 

¿Por qué no se congela de manera homogénea? 

Como hemos explicado antes, el aceite de oliva está compuesto por una gran cantidad de ácidos grasos que son diferentes entre sí. Para ser más concretos, alrededor del 80 % es ácido oleico, un 11 % es ácido palmítico y el restante es ácido linoleico. Y todos estos aceites tienen diferentes temperaturas de fusión. Al final, el que más afecta es el ácido oleico, que se congela por debajo de los 13 grados, y es el que genera los grumos que más llaman la atención. Pero el ácido linoleico, por ejemplo, no se congela hasta los – 5 grados. Al haber temperaturas tan dispares, es complicado ver una congelación homogénea. 

aceite de oliva visto de cerca con microscopio

Sí es cierto que, en cuanto empieza a hacer frío de verdad, cualquier AOVE se puede congelar. Mas es extraño que en nuestros hogares, que están aclimatados, se den esas temperaturas. Es mucho más probable que suceda en el transporte, por ejemplo. 

Cómo se debe descongelar 

¿Quieres descongelar aceite de oliva sin que cambie ni su sabor ni sus propiedades? ¡Nosotros te enseñamos algunos tips que te van a ayudar! 

  1. En primer lugar, debes saber que lo más recomendable es descongelar el aceite de oliva a temperatura ambiente. Es cierto que eso puede llevar más tiempo, pero es mucho más seguro. Bastará con un poco de planificación en tu día a día para conseguir que este se descongele a tiempo. 
  1. No uses el calor de forma directa, como calentándolo al fuego o en el microondas, porque puede alterar la calidad del aceite. Es más, este puede perder por completo su estructura y podría casi echarse a perder. 
  1. Muévelo con suavidad, tratando de mezclar esos posibles grumos y consiguiendo que vuelva a ser una mezcla homogénea. 
  1. Intenta que esté siempre almacenado en lugares frescos, oscuros, y sin cambios bruscos de temperatura. No lo expongas a la luz directa del sol, puesto que eso podría dañarlo gravemente. 

¿Se puede comer el aceite de oliva solidificado? 

Si no tienes tiempo para descongelar el aceite de oliva, ¡siempre puedes usarlo solidificado! Como ya te hemos señalado, eso no afecta a la calidad ni al sabor, ¡así que no debería haber problema! Algo que suelen hacer las personas que saben que en sus hogares hace frío y se les congela el AOVE es preparar tarros que les permitan untar el aceite cuando este está sólido. De esta manera, pueden hacer como si de un poco de mantequilla se tratara, y prepararlo sin problemas. A la hora de preparar tostadas, por ejemplo, notarás que no hay ninguna diferencia, siempre y cuando el pan esté caliente. Y es que ese calor residual será el que se irá encargando de calentar el aceite poco a poco. 

Nada de tirar una garrafa de aceite porque tenga grumos en invierno, ¡puesto que ya sabes de sobra que no es un problema! Disfruta de tu AOVE a cualquier temperatura, e introdúcelo en todos los platos que desees.  

▶️ Diferencia entre Aceite de Oliva Virgen y Virgen Extra o AOVE