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Tuberculosis del Olivo. Todo lo que debes saber

Pocos árboles hay tan emblemáticos hoy en día como lo es el olivo. Y no solo por su fruto, capaz de ofrecernos el llamado oro líquido, el aceite de oliva. También lo es porque ha desempeñado un papel de importancia crucial tanto en la historia como en la cultura de nuestra sociedad. Por desgracia, este árbol no está libre de enfermedades, y una de ellas es la conocida como la tuberculosis del olivo. Esta puede causar daños importantes, causar la poda de muchas ramas e incluso afectar a la producción de aceitunas y aceite. Sigue leyendo, porque te lo vamos a contar todo sobre esta preocupante enfermedad. 

Qué es la tuberculosis del olivo  

La tuberculosis del olivo es una enfermedad causada de forma directa por una bacteria que se llama “Pseudomonas savastanoi”. En el momento en el que esta bacteria ingresa en el olivo, comienza a generar una especie de bultos o tumores, que se asemejan mucho a una verruga. Estos aparecen tanto en las ramas como en el tronco, e incluso en las mismas hojas del olivo. 

roña en una rama de olivo
roña en una rama de olivo

A estas verrugas se les da el nombre de “roña”, y pueden variar tanto en tamaño como en apariencia, pese a que suelen tener ciertas semejanzas entre sí. Lo más habitual es que sean unas pequeñas protuberancias, más rugosas que el resto y con mayor pigmento. 

La propagación de esta enfermedad se debe a la poda e injertación de ramas que estén afectadas de otros olivos. En ocasiones, se podan ramas de unos árboles y se injertan en otros, para ganar frondosidad y mejorar la producción de aceitunas. No obstante, esto puede ser problemático si no se ha detectado a tiempo la presencia de la Pseudomonas savastonoi. Y es que podrías encontrarte con muchos más casos de tuberculosis. 

Además, también se puede transmitir por la acción de ciertos insectos. Los conocidos como pulgones se alimentan de estas roñas, y, al ir a comer a otro olivo, contagian la bacteria de forma directa. Esto puede suponer una plaga bastante importante, puesto que esta tuberculosis afecta de forma negativa tanto al crecimiento de los árboles como a su producción. No solo eso, sino que también puede mermar la calidad del aceite de oliva, suponiendo así altas pérdidas económicas. 

Sintomatología 

La mejor forma de detectar a tiempo la tuberculosis del olivo es conocer bien los síntomas, y así saber ante qué debemos alarmarnos. Hay algunos datos que son clave, y que te ayudarán a saber si tus árboles están infectados: 

  1. El signo más evidente es la roña tanto en las ramas como en las hojas. Como hemos señalado, su aspecto en general puede variar ligeramente, pero siempre podrás ver una especie de protuberancia rugosa. Pueden aparecer en colores como el verde o el marrón oscuro, y notarás desde el primer momento que la apariencia del árbol cambia por completo. Es importante revisar esto, puesto que no es una enfermedad solo estética, sino que va más allá y hay que paliarla a tiempo. 
  1. En cuanto la roña comienza a extenderse, el árbol comienza a debilitarse. Eso hace que la circulación de la savia se debilite poco a poco, puesto que no puede continuar con el mismo ritmo y la misma fuerza. Por desgracia, esto es algo que notarás en las ramas, que comenzarán a crecer de una forma totalmente anormal, quizá más cortas o finas. Por desgracia, este debilitamiento podría traer consigo una mayor susceptibilidad a otro tipo de enfermedades. 
  1. Junto al debilitamiento, encontrarás también una pérdida de productividad. La producción de las aceitunas se verá notablemente reducida, puesto que esas ramas enfermas no serán capaces de generar frutos de calidad. 

El siguiente paso, tras la expansión de la enfermedad en un árbol, es continuar con esta propagación por todo el olivar. Así que es crucial detectarlo a tiempo, aislar el árbol y evitar que la bacteria continúe su curso. De otro modo, las pérdidas podrían ser mucho más altas. En lugar de tener un olivo enfermo, con los daños que esto ocasionaría en la producción, nos encontraríamos ante decenas o cientos de árboles infectados. Y eso sería mucho más costoso de tratar, sin lugar a duda. 

 
Control y tratamiento  

¿Se puede controlar y tratar esta enfermedad? Sí, pero, como hemos señalado, es importante cogerla a tiempo. De no ser así, te encontrarás con árboles profundamente debilitados, e incapaces de producir aceitunas con normalidad. No solo eso, sino que la calidad de los frutos obtenidos no se parecerá en nada a la que tienen otras aceitunas. Y eso hará que no pasen los controles de calidad y, por tanto, habrás realizado un esfuerzo que no tendrá beneficios económicos. 

La medida más importante es la de podar y eliminar todas esas ramas que hayan sido infectadas, siempre y cuando el tronco no plantee problemas. Es crucial desinfectar las herramientas de trabajo entre poda y poda, puesto que, si no, podrías ser tú quien propagase la bacteria. Junto a esto, te puedes ayudar de tratamientos tanto fungicidas como bactericidas. Pero estos serán realmente efectivos en las primeras etapas de la infección; a partir de ahí, sus resultados no serán tan buenos.  

No podemos olvidar en ningún momento que hay ciertos insectos, como los pulgones, que se encargan de transmitir esta bacteria. Además, por supuesto, de causar otros daños añadidos en los olivos. La mejor decisión en estos casos pasa por atacar directamente a esta plaga, con insecticidas específicos que acaben con ellas. De esta manera, te asegurarás de que, en caso de que la tuberculosis llegue a un olivo, al menos no continúe extendiéndose.  

Por supuesto, la clave es realizar inspecciones oculares cada cierto tiempo, e informar a los trabajadores de cuáles son los síntomas de esta enfermedad para que ellos también puedan detectarla a tiempo. Si a esto le sumamos una gestión adecuada del olivar, con buenas técnicas y un cuidado general de los árboles, no supondría un problema. En caso de aparecer, sería en uno o dos árboles específicos, y se podría atajar con una buena poda. 

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