El aceite de oliva es uno de los productos más valorados a nivel gastronómico debido a sus increíbles propiedades organolépticas y, además, por los beneficios que su consumo tiene para la salud. No obstante, si se quieren conservar bien sus propiedades al completo, es imprescindible conservarlo bien. Sobre todo si hablamos de aceite de oliva virgen extra, puesto que este es especialmente delicado y requiere ciertos cuidados para evitar que se dañe. Hoy te vamos a contar cuáles son esos factores que pueden perjudicar al AOVE, cómo se puede almacenar en buenas condiciones y, además, cómo detectar si está en mal estado. ¡No te lo pierdas!
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Factores que afectan la conservación del aceite de oliva
Lo primero que debes saber es que, como buen producto natural que es, el AOVE se puede dañar si no se mantiene en las condiciones óptimas, o si no está en un envase hermético. Los principales factores que pueden afectar a su conservación son los siguientes:
- La luz. Si expones el aceite de forma directa a la luz solar, lo que se provoca es una aceleración del proceso de oxidación del aceite. Esto hace que sus propiedades organolépticas (sabor, aroma e incluso color) se dañen. Porque los rayos ultravioleta pueden llegar a descomponer todos esos compuestos beneficiosos que el aceite trae consigo, como los polifenoles.
- El calor. En caso de no mantenerse a una temperatura adecuada, también vemos cómo se acelera la oxidación. Lo mejor es que esté siempre en un lugar fresco, y que esté entre 15 y 20 grados. En ocasiones es complicado, pero en la despensa se puede mantener más o menos a esa temperatura sin problema. Si está demasiado frío también podría dañarse, puesto que podría llegar a solidificarse.
- Oxígeno. El aire de forma directa puede acabar por perjudicar gravemente al aceite de oliva. De ahí que sea tan importante que esté en un envase hermético, para que no se reduzca su vida útil ni se vea alterado su sabor.
- El tipo de envase. Como ya hemos señalado, es crucial el envase en el que se almacene el aceite. Porque cuanto más hermético sea, mejor se mantendrá. Los más recomendables son los de vidrio oscuro, puesto que protege tanto de la luz como del aire. Los envases de plástico pueden afectar al sabor, así como permitir la entrada de oxígeno. No solo influye el material, sino también el cierre; lo mejor es que sea hermético, para que así no entre en contacto con nada de fuera.
Consejos para almacenar correctamente el AOVE
Teniendo en cuenta todo lo que puede dañar el aceite, sobre todo si no se almacena bien, queremos darte algunos consejos para prolongar su vida útil. Y, sobre todo, conservar al máximo sus propiedades.
- En primer lugar, es importante que uses siempre envases adecuados. O bien a la hora de comprarlo, o bien que lo muevas a otro envase mejor. A ser posible, vidrio que sea oscuro y que tenga un cierre hermético para evitar cualquier entrada de aire. Habitualmente, los productos de aceite de alta calidad suelen conllevar este tipo de envases, puesto que los productores son conscientes de que afecta a la calidad del aceite.
- Tras esto, es importante que busques un buen sitio para almacenarlo: fresco, seco, alejado de fuentes de calor y de ventanas. Lo mejor es apostar siempre por una despensa o un armario. También debes evitar el frío extremo, puesto que afecta a la consistencia del aceite. Lo mejor es dejarlo siempre a temperatura ambiente, especialmente si ves que se ha enfriado más de la cuenta. ¡No lo calientes! Porque eso podría afectar a su calidad.
- Junto a esto, es importante también minimizar el contacto con el aire. Si eres de los que compra garrafas, lo mejor es transferirlo a un bote más pequeño, para que se reduzca las veces que abras el envase. Además, te recomendamos comprar en cantidades más o menos adecuadas; lo mejor es apostar por envases más pequeños, para así garantizar que no se llegue a la fecha de consumo preferente.
- Por último, es importante mantener el envase limpio y evitar fuentes de olores fuertes. Porque el AOVE puede acabar por absorber olores del ambiente y, además, puede oxidarse y verse dañado por la suciedad.
Cómo identificar si el aceite se ha deteriorado
Pese a que hayamos tomado todas las precauciones posibles, hay ocasiones en las que el aceite de oliva se puede llegar a deteriorar. ¿Tienes la duda de si podría haberte pasado justo eso? No te preocupes, porque te vamos a contar cinco claves para detectar si realmente está en mal estado:
- Cambio en el color. El aceite de oliva fresco suele tener un color que va desde el verde más intenso hasta un dorado, dependiendo de la variedad de la aceituna. En caso de que su color cambie y pase a ser un poco más opaco, o marrón, probablemente estés ante un caso de oxidación.
- Aroma rancio. Uno de los síntomas más evidentes de que el aceite se ha deteriorado es un cambio en el olor. Cuando el AOVE es fresco, su aroma suele ser afrutado. En caso de que detectes un cierto olor a humedad, a moho o incluso a cera, lo más probable es que esté rancio.
- Sabor desagradable. Si el aceite ha pasado a tener un sabor amargo, metálico, es probable que haya perdido su frescura. Y, en ese caso, es importante no consumirlo.
- Textura. Es cierto que no es uno de los cambios que se suelen notar con más rapidez, pero un aceite que sea viejo o que esté en mal estado puede ser más espeso. O incluso podemos ver cierta turbiedad. Suele significar que ha estado almacenado durante mucho tiempo, aunque no tiene por qué indicar que esté en mal estado per se. En este caso, lo mejor es revisar también el resto de identificativos que hemos señalado.
- Fecha de consumo preferente. El AOVE suele tener una fecha de consumo preferente de entre 18 a 24 meses. Cuando pasa este tiempo, no significa que ya no se pueda consumir, pero sí que su calidad y su sabor pueden haber disminuido.