¿Te has planteado alguna vez hacer una medición de la densidad del aceite? Es más, ¿has llegado a preguntarte por qué es un factor fundamental? Aunque como consumidores finales no siempre nos lo planteemos, es un indicador clave de su calidad y de su pureza. Es más, puede llegar a darnos pistas de si ha habido una adulteración, ya sea por un descuido o de forma intencionada. Conocer la densidad del aceite ayuda a los productores, a los distribuidores y, además, nos ayuda a nosotros como consumidores. Porque nos hace comprender mejor cuáles son sus propiedades. Sigue leyendo, porque hoy vamos a ahondar en este tema, y te garantizamos que es muy interesante.
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Definición y factores que influyen en la densidad
La densidad se define, a nivel teórico, como la masa de un objeto o de una sustancia dividida por su volumen. En el caso del aceite de oliva, estaríamos hablando de una propiedad que se mide en gramos por mililitro, o en kilogramos por litro, dependiendo de la cantidad. Además, no es algo estanco: la densidad del aceite varía dependiendo de algunos factores.
- Composición química. El aceite de oliva está formado por una mezcla de triglicéridos, ácidos grasos, vitaminas y compuestos antioxidantes. Y la proporción de estos elementos afecta de forma directa en su densidad. Por ejemplo, un aceite que tenga un mayor contenido de ácidos grasos saturados será más denso que otro en el que encontrásemos más ácidos grasos insaturados.
- Temperatura y densidad. La densidad de cualquier líquido disminuye a medida que vamos aumentando la temperatura. Por regla general, los valores de densidad se suelen calcular a unos 20º C, ya que se considera la temperatura estándar para este tipo de mediciones.
- Pureza y calidad. La variedad de aceite, teniendo en cuenta su pureza y si ha sido procesado, también influye en la densidad. El aceite de oliva virgen extra, mucho menos procesado, tiende a tener una densidad más estable que otros refinados o mezclados. Estos últimos pueden contener otros componentes añadidos que traigan consigo variaciones.
- Variedad de la aceituna. Por último, debes saber que también influye la variedad de aceituna que se haya escogido para ese aceite. Cada una de ellas tiene unas características únicas, incluidas esas variaciones en densidad. Esto guarda relación con el contenido de lípidos y de otros compuestos fenólicos de cada variedad (Revisa este post sobre los tipos de aceituna).
¿Cuál es la densidad del aceite de oliva?
En términos más o menos generales, podríamos señalar que la densidad del aceite de oliva varía entre 0,910 g/ml y 0,916 g/ml. Esto teniendo en cuenta, claro, que hablemos de una temperatura de 20º C. Como dato curioso, debes saber que es más ligero que el agua, cuya densidad es de 1 g/ml. De esta manera, hace que sea bastante fácil separar el aceite de oliva mediante procesos de refinado o extracción, puesto que flota sobre el agua.
Pero, como hemos señalado, varía en función del tipo de aceite del que estemos hablando. Por ejemplo, el AOVE tiende a mantenerse en los rangos más altos de esos parámetros. Esto se debe a que tiene una composición muy rica en antioxidantes y ácidos grasos saludables. Y, sin duda, esto hace también que sea una opción ideal por las propiedades organolépticas que tiene y por su aporte nutricional.
Si hablamos de un aceite de oliva que haya sido refinado, nos encontramos con un proceso mediante el cual se han eliminado las impurezas. Y, además, otros componentes naturales. Esto podría hacer que hubiera una ligera disminución de la densidad.
La medición precisa de la densidad del aceite se debe realizar en laboratorios especializados. Es más, es una práctica bastante común, puesto que nos asegura la calidad del producto y nos permite verificar su autenticidad, además de detectar posibles adulteraciones.
Relación entre densidad y calidad del aceite
Hay algo que hemos de tener claro para comprender hasta qué punto es importante la densidad del aceite de oliva, y es que está estrechamente relacionada con su calidad. Es cierto que no es el único factor determinante, pero nos da información muy valiosa sobre las propiedades tanto físicas como químicas del producto.
- La pureza del aceite. Un aceite de oliva auténtico, de buena calidad, tendrá siempre una densidad que se alinee con los valores que hemos establecido antes. En caso de que se detecten desviaciones significativas, esto podría indicarnos que ha habido una adulteración. Por ejemplo, que se haya mezclado con aceites más baratos.
- Contenido nutricional. La densidad refleja de forma indirecta el contenido de ácidos grasos esenciales, polifenoles y antioxidantes que hay presentes en el aceite. Por ejemplo, si un aceite extra virgen tiene más densidad, nos puede indicar que tiene un mayor contenido en compuestos beneficiosos para la salud.
- Estabilidad y frescura. Cuando se ha mantenido almacenado adecuadamente y ha sido bien protegido de factores como la luz, el calor o el aire, la densidad del aceite siempre será constante. En caso de que haya cambios, estaremos ante un signo de oxidación o degradación del producto.
- Control de calidad. Durante la producción y el envasado, la densidad se usa también como un parámetro para garantizar que el aceite cumple con los estándares establecidos por los organismos reguladores.
Densidad de otros tipos de aceite
Para ir un paso más allá y comprender mejor la singularidad del aceite de oliva, ¡nada como compararlo con otro tipo de aceites! Por ejemplo, la densidad del aceite de girasol se encuentra entre 0,918 g/ml y 0,923 g/ml. Es ligeramente más denso que el de oliva, pero también es menos rico en antioxidantes y en ácidos grasos monoinsaturados. Junto a este, otro de los grandes conocidos es el aceite de coco. En este caso, tenemos una densidad mucho mayor: 0,924 g/ml a 0,924 g/ml. Es cierto que, además, su densidad varía drásticamente en función de la temperatura, puesto que puede llegar a solidificarse incluso a algunas temperaturas.
El aceite de palma tiene una densidad variable, en función del grado de refinamiento, de entre 0,915 g/ml y 0,926 g/ml. Similar es el aceite de maíz, que se mantiene en 0,916 g/ml. Aunque es cierto que su perfil nutricional es más pobre que el aceite de oliva. Porque es innegable que recibe el sobrenombre de oro líquido por un motivo.