El olivo picudo es una variedad muy conocida en el mundo del aceite de oliva. Y lo es tanto por su calidad como por tener una aceituna muy característica, con un sabor y un aroma muy peculiar. Hoy queremos profundizar en este tipo de olivo, y contarte todo lo que debes saber sobre él: qué es, cuáles son sus características principales y, además, todos los beneficios que trae consigo su consumo. ¡No te lo puedes perder!
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Qué es el olivo picudo
El olivo picudo es un árbol perenne que forma parte de la familia de las Oleáceas. Como todos los olivos, su altura puede llegar a ser considerable, aunque su crecimiento es bastante lento.
Este árbol se encuentra, sobre todo, en la región de Andalucía. Su producción tiene lugar, sobre todo, en Jaén, Málaga y Córdoba, aunque la variedad más reconocida es la de Córdoba. Y es que este árbol es endémico de la región, e incluso cuenta con Denominación de Origen Protegida tanto de Baena como de Priego. Tanto es así que se considera una de las aceitunas más emblemáticas de esta ciudad.
Por aportar un par de curiosidades sobre este centenario árbol, debes saber que su aceituna acaba en pico. Así que es fácilmente reconocible a simple vista entre todas las demás variedades.
Características
El olivo picudo tiene algunas características que te harán reconocerlo fácilmente del resto de olivos. Algunas de ellas son visuales, como la forma de las aceitunas, aunque otras van mucho más allá y requieren un análisis profundo del árbol.
Del árbol
Este olivo tiene un tamaño mediano, cuya altura máxima puede ser de hasta 8 metros. Como sucede con todos estos árboles, su crecimiento no es rápido, sino que requiere un proceso bastante lento. A esto hay que añadirle que su tronco es robusto, retorcido, y tiene una corteza de un característico color grisáceo. Más allá de eso, tiene unas hojas alargadas, de un tono oscuro, muy similar a las de cualquier otro olivo. Y, como estos, florece en primavera.
Además, es interesante mencionar que tiene una maduración tardía. Se denomina vecero, lo que quiere decirnos que cuando tiene una cosecha abundante, al año siguiente probablemente la cosecha será menor.
De la aceituna
El fruto de este árbol es, como ya hemos señalado, fácilmente diferenciable porque cuenta con una forma picuda. Como dato curioso, debes saber que hay zonas rurales en las que se le denomina “pajarero”, porque su aceituna es tan dulce que hay un momento durante su maduración en la que los pájaros intentan comérselas.
Es cierto que la forma de la aceituna hace que el proceso de recolección sea algo más complejo. Ya no solo por su forma, sino también porque es mucho más resistente al vareo y al proceso en sí del desprendimiento. Pero son muchos los agricultores que dedican un esfuerzo extra a esto porque son conscientes de que tienen un rendimiento graso muy elevado. Es decir, que permiten obtener una buena cantidad de aceite, ofreciéndonos así resultados muy buenos con menor cantidad de fruto.
En cuanto al color, este va variando desde el verde hasta un rojo algo más oscuro, dependiendo del momento de maduración en el que nos encontremos. Además, tiene un tamaño parecido al de las cerezas. Lo que más se valora de estas aceitunas es su increíble sabor, puesto que son dulces, delicadas, casi con un toque almendrado.
Del aceite
Gracias a la inmejorable calidad de las aceitunas de este árbol, el aceite también es de sobresaliente. Es un aceite catalogado como “con mucha personalidad”, puesto que ese sabor dulce, casi afrutado, es muy querido por los consumidores. Es fresco, y resulta muy agradable en todo tipo de recetas crudas. Una ensalada, un salmorejo, en pan… ¡Así es como más se puede disfrutar!
No solo es apreciado por ser equilibrado, ofreciendo un regusto único, dulce y ligeramente picante, sino también por sus propiedades. Porque es rico en ácidos grasos monoinsaturados, en antioxidantes y en otros tantos compuestos bioactivos que ayudan a nuestro organismo.
Beneficios nutricionales del aceite picudo
Como sucede con prácticamente todos los aceites de oliva virgen extra, hablamos de un producto que tiene un alto contenido en ácido linolénico. Es más, esta variedad contiene hasta un 15 % más que otras. Junto a esto, también tiene vitamina E, polifenoles… Un consumo equilibrado de este aceite trae consigo una gran cantidad de beneficios para nuestra salud. Los más importantes son los siguientes:
- Gracias a los ácidos grasos monoinsaturados de este aceite, como el ácido oleico, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Y es que un consumo moderado hace que mejoren nuestros niveles de colesterol en sangre, y mantiene nuestro corazón mucho más sano.
- Asimismo, cuenta con propiedades antioxidantes, gracias a los polifenoles que alberga. Estos combaten el estrés oxidativo del cuerpo, protegiendo así nuestras células de cualquier daño que pudiera ser causado por los radicales libres.
- Pese a que no se suele señalar mucho, también es bueno para mejorar la digestión. Y es que tanto los ácidos grasos como ese efecto lubricante que aporta al tracto digestivo son buenos para personas que padezcan estreñimiento crónico.
- También es un antiinflamatorio natural, debido a los compuestos bioactivos que alberga en su interior. Se recomienda su consumo a personas que tengan enfermedades inflamatorias, como artritis o enfermedad inflamatoria intestinal.
- Además, hay muchos estudios que aseveran que el consumo de aceite puede mejorar la función cognitiva. Al nutrir nuestro cerebro, reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como pudieran ser el Alzheimer o el Parkinson.
Estamos hablando de una variedad de olivo que, sin duda, ha dejado su huella indeleble tanto en nuestra gastronomía mediterránea como en nuestra cultura. No tendrás más que probar el aceite picudo para descubrir hasta qué punto es delicioso, además de todos los beneficios para tu salud que puede traer consigo su consumo habitual. Siempre, por supuesto, con moderación y siguiendo una dieta saludable.