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Otiorrinco del olivo. Qué es y qué daños puede causar

Hay un insecto que pone en vilo a todos aquellos que tienen olivos, puesto que es una plaga capaz de causar daños bastante grandes. No solo a los frutos del árbol, afectando a la producción del momento, sino a los árboles completos. Estamos hablando del temido otiorrinco, conocido también como el escarabajo del olivo.  

otiorrinco del olivo

Qué es el otiorrinco o escarabajo del olivo  

El otiorrinco es una plaga que, pese a que no se considera la más importante dentro de los olivares, sí que es importante tener bajo control. Sí es cierto que no suele aparecer de forma habitual, pero, cuando lo hace, es una de las enfermedades más temibles de estos árboles. Pero ¿qué es exactamente este insecto? ¿Cómo podemos reconocerlo y evitarlo? ¡Nosotros te lo contamos todo! 

El escarabajo del olivo, conocido por su nombre científico Otiorhynchus cribicollis, es un pequeño insecto que mide entre 8 y 12 mm de longitud. Con lo cual, pese a que es complicado de apreciar, se puede ver si se presta atención. Tiene un color oscuro, un cuerpo alargado y cuenta con alas en la parte anterior del cuerpo. Además, estas tienen unas protuberancias muy características. Forma parte de la familia de los curculiónidos, conocidos como gorgojos o picudos, que cuentan con más de 86.000 especies en total. 

Las larvas miden entre 8 y 9 mm y, en este estado, no poseen alas. El color de los huecos es claro al inicio de su formación, pero pasa a oscurecerse poco a poco tras la incubación.  

Como datos curiosos, debes saber que se suelen ver durante los meses de septiembre y octubre en estado adulto. Normalmente, permanecen ocultos durante el día dentro del suelo, para así aprovechar la humedad que esconde este. Como hemos señalado, no es una de las plagas más habituales en los olivares, pero sí que pueden suponer un problema grave. Especialmente para aquellos olivos jóvenes, o para los que se encuentran en plantaciones intensivas.  

Estados del otiorrinco del olivo 

El otiorrinco pasa por diferentes estados antes de ser adulto. En primer lugar, cabe reseñar que su reproducción se lleva a cabo por partenogénesis. La puesta de huevos suele darse a finales de verano o principios de otoño, y requiere siempre que haya un suelo húmedo. Eso implica que el nacimiento de estos dependerá mucho de las precipitaciones de esa época. Estos huevos se depositan debajo de la tierra, alrededor de unos seis centímetros, y cuidando siempre que se encuentren cerca del olivo.  

Los huevos, como hemos señalado, tienen un color que comienza siendo blanco tras la puesta, pero va cambiando, oscureciéndose poco a poco. Hasta que llega el momento de la eclosión, cuando pasan a ser negros. Su tamaño suele ser de 1 milímetro, aproximadamente. 

El periodo total de incubación suele ser de dos semanas. Cuando estos huevos eclosionan, nos encontramos con las larvas, que suelen ser blancas y tener una forma curva. Prácticamente tras nacer, estas larvas se entierran en el suelo y se alimentan de las raíces de las plantas, aprovechando la humedad que estas destilan. Es justo debajo de la tierra donde se produce ese estado de pupa, y las larvas se encierran en una cápsula para cambiar su forma. Pasan en esta forma larvaria prácticamente todo el invierno. 

Al llegar mayo y junio, ya comienzan a verse los primeros adultos de otiorrinco. Salen durante la noche, se alimentan de las hojas del olivo y, por la mañana, vuelven a refugiarse del sol. Cuando las temperaturas comienzan a subir, sus refugios son incluso más profundos. Y el ciclo vuelve a comenzar a finales de verano, cuando las hembras vuelven a estar dispuestas para poner sus huevos. 

Daños al olivar 

Este insecto del olivar provoca daños al olivo desde el mismo momento en el que es una larva. Como hemos visto en las etapas por las que pasa, cuando es una larva se alimenta directamente de las raíces del olivo. Y si bien es cierto que estos daños son mínimos, continúan estando ahí. Dependerá mucho de la cantidad de insectos que haya el que los daños sean mayores o menores. 

En cuanto pasan a ser adultos, se alimentan tanto de las varetas como de los brotes, de todas las hojas tiernas. Esto hace que aparezcan agujeros en las hojas, e incluso dañen las yemas de estas.  

Podríamos resumir los daños de la siguiente manera: 

  1. Defoliación: al alimentarse los adultos de las hojas de los olivos, estas pueden ir desapareciendo poco a poco. Esto acabaría por debilitar el árbol. 
  1. Daños en las raíces: pese a que se haya señalado que el daño de las larvas es mínimo, este está ahí. Y es que afecta de forma directa al sistema de absorción de nutrientes y agua del olivo. En caso de olivos jóvenes, podría ser un problema grave. 
  1. Reducción de la producción: si sumamos el hecho de la defoliación y de los daños en las raíces, podríamos obtener un descenso de la producción del olivo. 
  1. Deformidades en las aceitunas: por último, los adultos también podrían acabar por provocar daños en los frutos del árbol. 

 
Tratamientos recomendados  

Lo primero que se debe hacer si se piensa que hay una plaga de otiorrinco es llevar a cabo un control de estos. Para eso, basta con colocar un ladrillo al pie del olivo, puesto que este será perfecto como refugio del insecto; de esta manera, se podrá llevar un recuento y ver si continúan aumentando. 

Para eliminar a los adultos, se debe actuar o en junio o en septiembre. Es decir, antes de que se oculten del calor o antes de la puesta. Lo mejor es apostar por control químico, y aplicar directamente insecticidas en el suelo alrededor del árbol. También se pueden llevar a cabo medidas preventivas una vez esta plaga haya sido eliminada, para así evitar que vuelva a proliferar. Basta con hacer revisiones oculares de los olivares, y colocar trampas como hemos mencionado antes, para así llevar a cabo un control de las plagas.  

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