Si no te encuentras dentro del mundo del olivo, puede que te haya pasado desapercibido uno de los grandes problemas que está viviendo el olivar ahora mismo. Estamos hablando de la Verticilosis, una enfermedad que se ha ido incrementando en estos últimos años y que casi pareciera que se ha salido de control. Sigue leyendo, porque te lo vamos a contar todo sobre ella.
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Qué es la verticilosis del olivo
La Verticilosis se ha convertido en uno de los mayores problemas que tienen ahora mismo aquellos que se dedican al mundo del olivar. La causa un hongo que recibe el nombre de Verticillium dahliae, que afecta a una gran cantidad de cultivos más allá del olivo. Se caracteriza, principalmente, por una obstrucción en los vasos que conducen tanto el agua como los nutrientes del olivo. Eso hace que el árbol acabe por marchitarse y morir.
Llevamos sabiendo de su existencia desde el año 1946, que hizo su primera aparición en Italia. No tardó demasiado en propagarse por todas las zonas olivareras del mundo, causando daños especialmente en la zona mediterránea. Tanto es así que se cree que hay alrededor de un 5 % de olivos afectados. No obstante, depende de la zona, puesto que hay algunas áreas en las que prácticamente la mitad de los olivares están afectados por esta enfermedad.
Según informó la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía en 2009, un 0,4 % de los olivos ya la padecían. Mas los datos distan mucho entre zonas geográficas, como ya hemos señalado.
Lo más habitual es que esta Verticilosis afecte principalmente a olivos que tienen entre 4 y 10 años, y que se encuentran en zonas de regadío.
Síntomas
¿Cómo podemos reconocer esta patología? En primer lugar, comenzarán a marchitarse tanto las hojas como las ramas del olivo. Esto es algo que empezará por la parte superior del olivo, y que se irá extendiendo poco a poco hasta la parte inferior. En las zonas afectadas, las hojas cambiarán de color y comenzarán a ponerse amarillentas o marrones, además de quebradizas y secas. No solo afecta a las hojas, sino que el propio árbol empezará a llenarse de manchas. Y, por supuesto, no crecerá con la vitalidad acostumbrada.
Hay dos maneras en las que el olivo puede manifestar una enfermedad. La que acabamos de señalar es la que se conoce como decaimiento lento, y es que el árbol comienza a deshidratarse y muere. Suele suceder en primavera, aunque se ha visto que también puede pasar en verano. Es algo más lento, y se pueden ver los síntomas durante más tiempo. Por otra parte, está lo que se conoce como apoplejía, que es cuando comienzan a morir de forma rápida tanto las ramas como los brotes del árbol. Lo habitual es que suceda o bien en invierno o a principios de la primavera.
Sea como sea, es algo que podrás apreciar a simple vista, puesto que se puede notar cómo los olivos han muerto. Como curiosidad, debes saber que hay árboles que muestran ambos síntomas a la par. Lo habitual es que los síntomas aparezcan de forma más violenta en árboles jóvenes.
Dentro de lo grave que es esta enfermedad, tiene un punto positivo: no suele matar la raíz del olivo. Eso hace que esta permanezca ahí, y que incluso pueda rebrotar en un futuro.
Ciclo de vida
Este hongo Verticillium tiene un ciclo de vida que comprende dos fases diferentes: en primer lugar, su vida libre; tras esta, la vida en el hospedero, en el huésped. En esta fase de vida libre, el hongo sobrevive en el suelo y comienza a formar las llamadas microsclerocios. Estas estructuras pueden permanecer en un periodo de latencia durante mucho tiempo, esperando a que se den las condiciones favorables que le permitan germinar. Cuando el hongo detecta que es el momento, estos microsclerocios liberan esporas y comienzan a infectar las raíces de los olivos.
Una vez que estas raíces se encuentran infectadas, el hongo comienza a crecer y a poblar por completo los vasos conductores del olivo. Esto hace que se interrumpa por completo el flujo tanto de agua como de nutrientes, causando el debilitamiento e incluso la muerte del árbol. Lo peor de todo es que este hongo puede incluso subsistir a la muerte del olivo, y permanecer ahí para conseguir que el ciclo se repita.
Daños en el olivar
Por desgracia, hablamos de una enfermedad que puede causar muchos daños en el olivar, y bastante significativos. Como habrás podido intuir por los síntomas, lo primero que provoca es que el árbol se debilite poco a poco. Eso hace que se reduzca la producción de aceitunas y, por tanto, que el aceite de oliva que se obtenga sea mucho menor.
Pero eso no es todo. Además, esta enfermedad puede llevar a la muerte prematura de los árboles. Y eso desemboca en grandes pérdidas económicas, y en una menor producción tanto de aceite como de aceitunas. Por supuesto, eso podría acabar por provocar el encarecimiento del resto de productos que sí hubiera presentes en el mercado. No solo del aceite como tal, sino de todos aquellos preparados que contengan aceite como ingrediente.
Tratamientos
Es complicado prevenir esta enfermedad, puesto que el hongo puede pervivir de forma prolongada en el suelo. Además, no solo los olivos son susceptibles, sino otros tantos árboles. Por si esto no fuera poco, es imposible acceder como tal al patógeno por la zona en la que se encuentra.
Entonces ¿cómo podemos controlarlo y erradicarlo? Lo importante es no plantar en suelos que se encuentren infestados, con lo cual es necesario conocer el historial de cultivos que había en la zona. Además, es importante también eliminar y destruir todas aquellas ramas que tengan síntomas de haber sido contagiadas por esta enfermedad. No solo eso, sino destruir todos los residuos de los árboles infectados, para así evitar que se disperse el hongo. Se recomienda también realizar una rotación de los cultivos, para así reducir la presencia de este hongo en general.
Es complejo luchar contra la Verticilosis, puesto que requiere llevar a cabo un enfoque multidisciplinario. En este sentido, lo mejor es contar con expertos agrícolas, para que sean ellos los que aconsejen cómo proceder en cada caso.
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